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MARZO 2015
Sobre
estas líneas: el
astronauta de la NASA Scott Kelly (izquierda) y
el cosmonauta de Roscosmos Mijail Kornienko
(derecha). Foto NASA.
Un año en el espacio: dos seres humanos preparados para orbitar el planeta Tierra durante casi doce meses Fuente: NASA Traducción y adaptación: Oscar Augusto Rodríguez Baquero El 27 de marzo de 2015, el astronauta de la NASA Scott Kelly y el cosmonauta de Roscosmos Mijail Kornienko fueron lanzados a la Estación Espacial Internacional a bordo de la nave Soyuz TMA-16M para comenzar una misión de un año de duración, poniendo a prueba los límites de la exploración espacial, de la investigación y del espíritu humano. Hasta ahora las misiones emprendidas en la estación espacial tenían una duración que oscilaba entre los cuatro y seis meses. Duplicando la duración de este vuelo, los investigadores confían en entender mejor cómo el cuerpo humano responde y se adapta a los vuelos espaciales de larga duración. Este conocimiento es crítico dado que la NASA y otros organismos espaciales han puesto la mira en viajes humanos con destino a lugares remotos de nuestro Sistema Solar como los asteroides y el planeta Marte, los cuales tendrían una duración superior a los 500 días. Este conocimiento conlleva igualmente beneficios para los humanos aquí en la Tierra, ya que puede aplicarse de maneras muy diversas, desde ayudar a pacientes a recuperarse de largos períodos de convalecencia en cama hasta la mejora de sistemas de monitorización para personas cuyos cuerpos son incapaces de luchar contra las infecciones (inmunodepresión). La larga exposición al ambiente de gravedad cero puede afectar al cuerpo humano en múltiples aspectos. Algunos síntomas físicos incluyen cambios oculares, atrofia muscular y pédida de masa ósea. La psicología humana es también un importante área de estudio, dado que los efectos de vivir aislados en espacios reducidos serán esenciales para comprender a que circunstancias se enfrentarán los humanos que viajen a Marte. La investigación realizada en esta misión de un año de duración ayudará a las potencias espaciales a reducir los riesgos y a mejorar aquellos aspectos que fomenten el éxito de misiones más largas. Existen hasta siete elementos clave de investigación en esta misión. Los estudios funcionales examinarán la evolución de los astronautas durante y después de ese intervalo de doce meses. Los estudios sobre comportamiento medirán los patrones de sueño y las rutinas de ejercicio. El deterioro visual será estudiado midiendo los cambios de presión que tengan lugar en el interior del cráneo humano. Las investigaciones metabólicas examinarán el sistema inmune y los efectos del estrés. El rendimiento físico será monitorizado mediante exámenes prácticos. Los investigadores también realizarán un seguimiento de los cambios microbianos en la tripulación, así como de los factores asociados a cómo la tripulación interactúa entre ella a bordo de la estación. Mientras Scott se encuentre en el espacio, su hermano gemelo idéntico, Mark Kelly (astronauta retirado de la NASA), participará en un número de estudios genéticos comparativos. Algunos de estos experimentos incluirán la recopilación de muestras de sangre así como pruebas fisiológicas y físicas. Estos tests registrarán cualquier proceso degenerativo o evolutivo que tenga lugar en el cuerpo humano como consecuencia a la exposición prolongada a la gravedad cero. Los estudios se realizarán en el marco de una cooperación multidisciplinar entre universidades, corporaciones y laboratorios gubernamentales. Toda la investigación obtenida tanto de del astronauta estadounidense como del cosmonauta ruso será compartida con otros países en un importante paso destinado a reducir costes y mejorar la eficiencia en las invesitigaciones futuras realizadas a bordo de la estación espacial. Esta misión de un año de duración constituye un gran paso hacia adelante en el papel de la estación espacial como plataforma para preparar a la humanidad para la exploración del espacio profundo. El esfuerzo de colaboración internacional no solo está elevando a la exploración espacial a nuevas cotas, sino que en el largo camino del empeño está contribuyendo a una mejora de la calidad de vida humana. Curiosidad: ¿sabías que en el inventario de objetos que viaja en esta misión de larga duración figura una bandera española? Más información (NASA - en inglés):
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