De arriba hacia abajo: (1) Fotografía de Miguel López-Alegría, cuando era alumno de la Academia Naval (foto USN). (2) El amanecer, en la Base de Rota (foto de Terry Metz). (3) Avión de Reconocimiento Lockheed EP-3E, como el que pilotó Miguel durante su años destinado en la Base de Rota (foto USN). (4) Foto de familia de la promoción de astronautas de 1992 (Miguel es el segundo comenzando por arriba a la derecha - foto NASA). (5) Fotografía de la tripulación de la misión STS-73, primer vuelo de Miguel (foto NASA). (6) Primer paseo espacial de Miguel López-Alegría, durante la misión STS-92 (foto NASA). (7) Miguel López-Alegría y Oscar Augusto Rodríguez, durante la inauguración de la exposición "Vivir en el Espacio" (foto: Proyecto MEE).
ENTREVISTA A MIGUEL LOPEZ-ALEGRIA

"FLOTAR LIBREMENTE EN EL ESPACIO EXTERIOR ES UNA EXPERIENCIA INCOMPARABLE"

Entrevista realizada por Oscar Augusto Rodríguez Baquero
Publicada por el Diario Cádiz Información, diciembre de 2001


Miguel López-Alegría nació en Madrid un 30 de mayo de 1958. Aunque siempre le atrajo el espacio, no pensó seriamente en hacerse astronauta hasta los veinticinco años. Ha efectuado dos misiones espaciales y ya se encuentra realizando los entrenamientos para una tercera, que despegará de Cabo Cañaveral el próximo verano si no hay retrasos, con rumbo a la nueva estrella de nuestro firmamento: la Estación Espacial Internacional.

Además de astronauta, eres un experimentado piloto de la Marina de los Estados Unidos. Uno de tus destinos, a principios de los años ’80, fue la Estación Naval de Rota, en la provincia de Cádiz. ¿Qué recuerdos conservas de aquellos años? Tengo muy buenos recuerdos de aquella época. Estuve viviendo allí durante tres años, la mitad en Vistahermosa y la otra en El Puerto de Santa María. La vida allí en aquel entonces, como seguramente seguirá siendo, era muy placentera. La gente es muy agradable y hay muy buenos restaurantes por la zona. Yo pasaba mucho tiempo fuera, realizando operaciones afines a mi condición de piloto, pero en el poco tiempo que estuve físicamente en España lo pasé muy bien.

¿Desde cuándo viene tu interés por el espacio? ¿Cuándo fue la primera vez que pensaste en ser astronauta? Yo, como muchos niños, quería ser astronauta desde muy pequeño, pero también quería llegar a ser otras cosas. Hice la carrera militar sin pensar en llegar a serlo. Cuando me hice piloto de la Marina, me interesó mucho el convertirme en piloto de pruebas. Estaba leyendo un reportaje de una revista que trataba sobre una escuela naval de pilotos de pruebas, y en él había un pequeño artículo acerca de algunos de ellos que habían logrado convertirse en astronautas. En aquellos momentos yo tenía 25 años, y fue entonces cuando pensé en la posibilidad de llegar a ser uno de ellos.

Fuiste nombrado astronauta de la NASA en el año 1992. ¿En qué consistió el proceso de selección? Dado que yo era militar, tuve que presentar una solicitud a la Marina para mi incorporación al programa de aspirantes a  astronauta, al igual que aquellos que pertenecían a la Fuerza Aérea, Ejército de Tierra, etc., tuvieron que solicitarlo Miguel López-Alegría a bordo de un reactor de entrenamiento Northrop T-38 Talon (NASA)a sus respectivos cuerpos militares. Dentro de cada uno de estos cuerpos se realizó una primera selección, y los nombres de los elegidos fueron enviados a la NASA. No sólo se presentan militares, también lo hacen civiles pertenecientes a diversos campos como la ingeniería, medicina, física, etc. En aquel entonces, llegaron a la NASA más de dos mil solicitudes, de las cuales el número quedó reducido a cien. El siguiente paso que dio la NASA fue citar a esas cien personas para la realización de una entrevista personal, que implicaba también una prueba médica y varios tests psicológicos. Una tercera parte de los entrevistados no fue aceptada debido a razones médicas, y de los sesenta o setenta que continuamos adelante, finalmente quedamos diecinueve. En este nivel, los elegidos están muy cualificados, y la personalidad y el factor suerte son decisivos.

¿Fueron duras las pruebas para la selección? No. Algunas de ellas fueron incómodas, pero no fueron muy duras. El examen físico era similar al que cualquier persona suele someterse periódicamente, si bien era bastante más detallado.

1995 fue el año de tu primer vuelo al espacio, a bordo del Columbia. ¿Qué sensaciones experimentaste durante el lanzamiento, estancia en órbita y aterrizaje? Durante el lanzamiento, ocupé el asiento del Ingeniero de Vuelo, situado detrás del asiento del Comandante y el del piloto, lo que me permitía tener una visión no muy amplia de las ventanillas. Además, estaba tan atento a los procedimientos que teníamos que seguir que no presté mucha atención a lo que sucedía fuera de la nave. Recuerdo que fue mucho más ruidoso y vibrante de lo que me había imaginado, sobre todo en los primeros dos minutos de vuelo, en los que se encuentran encendidos los cohetes laterales de combustible sólido. Una vez que éstos quemaron todo su Lopez-Alegría junto a sus compañeros de tripulación de la misión STS-73 (NASA)combustible y fueron eyectados, el ascenso fue algo más tranquilo, aunque seguíamos sufriendo el empuje de la constante aceleración. La sensación se parecía a viajar en un coche durante ocho minutos y medio pisando a fondo el acelerador. Lo único que se veía por las ventanillas era el cielo, pero podías darte cuenta de que viajabas a una velocidad muy alta. Una vez que llegamos a la órbita terrestre, la sensación de flotar fue muy agradable. Es parecido a sumergirte en el agua, con la ventaja de que puedes respirar. Durante el aterrizaje, algunos astronautas suelen experimentar mareos como consecuencia de la adaptación del cuerpo a la gravedad. Afortunadamente, no tuve ningún problema. Después de dieciséis días de volar por el espacio, lo que más deseaba era darme una ducha y acostarme en una cama. Pero de todas formas, el viaje fue muy agradable.

Durante aquella misión, dedicada a la investigación en el campo de la microgravedad, realizasteis numerosos experimentos. ¿Qué aplicaciones han tenido vuestras investigaciones? Realizamos muchos experimentos en los campos de física de fluidos, biotecnología, y producción de cristales en ausencia de gravedad. Todavía no podemos arrojar datos sobre nuestras investigaciones, ya que aún se están estudiando los resultados de todos y cada uno de los experimentos. Uno de nuestros objetivos era crear un cristal cuya perfección sólo puede alcanzarse en condiciones de ingravidez. La aplicación de estos cristales es variada. Si están hechos de proteínas, pueden ser útiles en la elaboración de medicamentos para combatir enfermedades diversas, mientras que si han sido creados con semiconductores, los cristales son utilizados en la fabricación de chips. Por otra parte, también hemos realizado experimentos con elementos llamados “zeolitos” en la creación de algunos cristales, lo cual nos ayudará, entre otras cosas, a purificar el petróleo y de este modo hacerlo menos contaminante.

Tu siguiente misión espacial tuvo lugar cinco años después. ¿Cómo es la vida de un astronauta durante el tiempo en que no vuela al espacio? Es distinta para cada uno de nosotros. Entre misiones siempre tenemos trabajos que realizar, los cuales son muy variados. En mi caso, estuve medio año aprendiendo ruso y después permanecí nueve meses destinado en Rusia como Director de Operaciones de la NASA en el Centro de Entrenamiento de Cosmonautas Yuri Gagarin. Mi experiencia allí fue muy rica. Aprendí mucho de la cultura, tradiciones y del pueblo ruso. Sin embargo, trabajar allí fue bastante duro, sobre todo debido a la diferencia de culturas. Cuando regresé a Estados Unidos, me asignaron la siguiente misión, para la cual estuvimos entrenando durante mucho tiempo.

En tu segundo vuelo al espacio, a bordo del Discovery, participaste en la construcción de la Estación Espacial Internacional. ¿Qué dificultades implica el desarrollo de las misiones de ensamblaje de la ISS? Se trata de operaciones complicadas, puesto que cada pieza que compone ahora y compondrá en los próximos años la Estación ha sido construida en fábricas, ciudades e incluso países diferentes, y no es fácil lograr que todas ellas se acoplen como deben hacerlo. Por ello, tenemos que anticiparnos a los posibles problemas que pudieran tener lugar durante el lanzamiento y las maniobras de montaje con los brazos robotizados, o a cualquier otra incidencia, con el objeto de tener una rápida capacidad de respuesta en caso de que tengan lugar dichos problemas.

En ese mismo vuelo, lograste cumplir uno de tus deseos al realizar dos actividades extravehiculares. ¿Qué se siente al flotar libremente en el espacio? Es similar a la experiencia de flotar en el interior de la nave, pero multiplicada por mil, o incluso por un millón. Ello, unido a la sensación de estar suelto y ser testigo de las impresionantes vistas que el Universo te Miguel López-Alegría trabajando en el exterior de la Estación Espacial Internacional (NASA)ofrece allí arriba, hace de flotar por el espacio una experiencia difícil de describir con palabras. Durante nuestras salidas al espacio realizamos pruebas con una mochila propulsora de rescate, y la experiencia que viví en aquellos momentos fue incomparable.

Si no hay retrasos, regresarás a la ISS en el verano del próximo año [en noviembre de 2002] a bordo del Endeavour. ¿Cuál va a ser vuestro trabajo en este nuevo vuelo espacial? La misión tiene dos objetivos. El primero es similar al que llevamos a cabo en mi anterior vuelo. Se trata de instalar un armazón de 14 metros de largo en la Estación, el cual formará parte de la “espina dorsal” del Complejo Orbital, desde la cual quedarán montados los paneles y los radiadores de la ISS. El armazón será ensamblado en la parte de babor (izquierda) de la Estación, para lo cual tendremos que utilizar dos brazos robotizados, el del transbordador para sacar el armazón de la bodega de carga de la nave, y el de la ISS para su montaje en el Complejo. El mismo día en que quede montado el armazón, realizaremos el primero de tres salidas espaciales con objeto de asegurar las conexiones para que el fluido eléctrico y de datos entre dicho armazón y la ISS sea el correcto. Lo describes como si se tratara de una operación quirúrgica, con precisiones milimétricas. Sí, es un modo de definirlo. Sobre todo es como un baile armónico, muy bien practicado. El segundo de los objetivos es reemplazar a la tripulación de la estación, la cual consta de tres astronautas. Hace pocos días llegó a la ISS la cuarta expedición en sustitución de la tercera. Nosotros nos encargaremos de transportar a la sexta que reemplazará a la quinta.

¿Te plantearías realizar una expedición de varios meses a la Estación? Naturalmente. Después de mi próximo vuelo no sé todavía que actividades desempeñaré en el programa espacial del transbordador que no haya hecho hasta ahora. He realizado salidas al espacio y en esta próxima misión seré el responsable de las maniobras con el brazo robotizado del transbordador. Después de ello, pocas cosas me quedan por hacer, así que sí que me gustaría realizar un vuelo como comandante de una expedición de la ISS.

La Estación Espacial Internacional se ha convertido en la piedra angular para el futuro establecimiento de bases tripuladas en la Luna y Marte. ¿En cuánto tiempo crees que se llevarán a cabo estos planes? Es muy difícil saberlo. El clima político que tenemos aquí no es muy propicio para este tipo de misiones. Incluso creo que tendremos algunos problemas para cumplir con el calendario de ensamblaje de la propia Estación. Por esta razón todos esos planes experimentarán un retraso. Necesitamos políticos que tengan voluntad para la realización de un proyecto de la envergadura de las misiones a la Luna y a Marte, como ocurrió con el programa Apollo en la década de los años ’60. Actualmente, los políticos parecen estar más preocupados por ser reelegidos en las próximas votaciones y el ciudadano de a pie piensa que el espacio no les traerá nada provechoso a corto plazo, no llegando a ser consciente de la multitud de beneficios que conlleva a medio y largo plazo. En los años ’60 la gente nos habría tomado por locos si les hubiéramos dicho que en poco tiempo la gente iba a poder comunicarse entre ella mediante teléfonos móviles, que podrían ver canales de televisión vía satélite, o que podríamos trabajar con ordenadores tan rápidos como los actuales.

Algunos astronautas han apuntado que tras sus vuelos espaciales su forma de pensar ha cambiado, manifestando una concienciación más notable hacia los temas como la Ecología y la protección de la Naturaleza. ¿Has experimentado algún cambio en este sentido? Cambio radical, ninguno. Cuando ves la Tierra desde allí arriba te da la impresión de que nuestro planeta es tan bello como delicado, por lo que debemos protegerlo. Sin embargo, tampoco diría que pensaba lo contrario antes de subir allí arriba, aunque sin duda esto ha contribuido a convencerme aún más de la importancia que tienen la Ecología y la protección de la Naturaleza.

¿Qué consejos les darías a los jóvenes españoles que quieren llegar a ser astronautas como tú? En primer lugar, debo decir que no existe la carrera de astronauta. Son elegidas aquellas personas que han destacado durante su trayectoria profesional, por lo que lo más importante es estudiar algo que les guste; es la única forma de hacer las cosas bien y con satisfacción. De este modo, en caso de que por alguna circunstancia alguno no llegue a ser seleccionado, no se sentirá amargo por la experiencia. En segundo, si deciden estudiar una carrera relacionada con las Matemáticas, Ciencia o Ingeniería, mucho mejor, puesto que por el momento no están siendo seleccionados poetas o artistas, aunque quizás lo sean en el futuro. Pero si a alguno no le gustan las Matemáticas, Ciencia o Ingeniería, no le recomendaría que se estudiasen esas carreras por el mero hecho de querer llegar a ser astronauta.

¿Te gustaría volver a Cádiz? Por supuesto. Sólo he visitado la zona una vez desde que estuve destinado en Rota. Visité la Estación Naval por unas horas y cené en El Puerto de Santa María, un lugar que sin duda tiene unos restaurantes muy buenos.





AGRADECIMIENTOS

El autor de esta entrevista desea expresar su agradecimiento a Eileen Hawley y Kacy Kossum, del Gabinete de Prensa del Centro Espacial Lyndon B. Johnson de la NASA, en Houston, Texas, y al astronauta Miguel López-Alegría por ceder parte de su valioso tiempo para la realización de esta entrevista.




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